miércoles, 9 de noviembre de 2016

Parroquia de San Antonio, más antigua que la ciudad de Gualeguay

Contrariamente a lo habitual, la parroquia es anterior a la ciudad, los primeros pobladores, diseminados en la zona sur y oeste de lo que es hoy el departamento Gualeguay, especialmente sobre las costas del arroyo Clé, en jurisdicción del actual Octavo Distrito, motivaron su creación. Aquellos primitivos habitantes de la región erigieron inicialmente una capilla modestísima de la que se hizo cargo en fecha indeterminada un misionero llamado fray Santiago Miño.

     En el año 1.779, en su primera gira pastoral llega a Gualeguay el obispo de Buenos Aires, monseñor Sebastián Malvar y Pinto, quien además de tomar contacto con los vecinos y advertir sus necesidades espirituales estimó que la eficiente atención de éstas, sólo se lograría con la erección de una parroquia, pues la mas próxima era la de La Bajada, a 60 leguas de distancia. De regreso a su sede episcopal, Malvar y Pinto gestionó ante el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, la creación de la parroquia del Gualeguay Grande, lo que este funcionario aprobó el 3 de julio de 1.780. Meses mas tarde se designó, con intervención del rey Carlos III y la correspondiente anuencia eclesiástica, el primer párroco, Francisco Andrés de Quiroga y Taboada, un sacerdote español que se desempeñaba en Santa Ana, Alto Perú.

     El estado deplorable del modesto templo y las inundaciones que frecuentemente afectaban la zona, determinaron que el párroco pensara en una nueva construcción. Pero pensó por su cuenta y resolvió ubicar el templo en otro lugar, más precisamente en la Cuchilla (hoy Primer Distrito, al norte de la actual ciudad). Esto motivó diversas protestas del vecindario, Quiroga y Taboada no es hombre de darle muchas vueltas a las cosas, a fines de 1.781, ya había instalado la nueva capilla en el lugar. El párroco se inclinaba por San Sebastián y los vecinos se mantenían fieles a San Antonio. Las cosas llegaron a tales extremos que el cabildo de Santa Fe dispondría que los pobladores se manifestaran para elegir el patrono. De tal manera, en un acto de evidente raíz democrática, aunque su forma se desconoce, el vecindario eligió a San Antonio.

     Al fundar la villa del Gualeguay Grande, Rocamora puso especial dedicación en la construcción del templo, con precarios elementos, en el mismo lugar donde en la actualidad Se encuentra. Aquél rancho decorado destinado al culto católico, pronto acusó deterioros a tal punto que el vecindario se preocupó por levantar una nueva edificación. A ese efecto, un vecino de la villa Don Juan Castares, inició una colecta, destinando diez mil pesos de su bolsillo para erigir el templo en 1.802. Se comenzó a trabajar en la obra, bajo la dirección del alcalde Juan Rosa Millán, proyectándose un edificio de ladrillos de 50 varas de largo, según planos del arquitecto Bernardo Lecoq, en un predio contiguo al primitivo templo, hacia el norte. Iniciada en 1.807, la obra se paralizó poco después y al sobrevenir la revolución de Mayo, los acontecimientos determinaron que Gualeguay postergara indefinidamente la materialización de su anhelo de contar con una iglesia.

     El abandono de las obras se prolongó por muchos años, a tal punto que en 1.820, al producirse el enfrentamiento de Ramírez y Artigas, soldados de uno de los bandos "hachearon" la tirantería para hacer fuego, según relato del padre Juan Vilar, y las paredes se derribaron en buena parte. En 1.822 se intentó reanudar los trabajos, gracias al empeño del padre José Acevedo, quien se preocupó por reunir fondos con la ayuda del padre José Joaquín Palacios. Mientras tanto, de los dos templos no se hacia uno, el antiguo estaba derruido, el otro, inconcluso. La construcción se reinició poco después y con variantes sobre el proyecto inicial, estuvo concluido en 1.836. Era un edificio de material con campanario al fondo, sobre la actual calle 25 de mayo. A principios del presente siglo, aún se conservaba el viejo campanario.

     Pasado el tiempo, aquél edificio que tantos sacrificios costara a la población acusó deteriores y obligó a pensar en la construcción de un nuevo templo. Después de 1.862, cuando Gualeguay iniciaba un despegue económico significativo, aún dadas las autoridades eclesiásticas, los fieles comenzaron las obras de la actual iglesia de San Antonio. No sería fácil alcanzar su culminación, pues se trataba de una obra ambiciosa, acorde con el crecimiento de la ciudad, se trabajó durante muchos años, con algunas interrupciones y algunas dificultades, renovándose la colecta pública y los esfuerzos para concretar el proyecto.

     El 13 de junio, día patronal, de 1.882, al cabo de un largo proceso de construcción, se procedió a impartir la bendición al nuevo templo. La ceremonia fue presidida por el padre Dr Juan Vilar, a cuyo denominado trabajo se debe la imponente estructura actual de la iglesia matriz de Gualeguay. Con el correr del tiempo se le incorporaron diversas mejoras, el actual altar mayor, artística realización en mármol de Carrara, fue consagrado el 10 de junio de 1.928, por el obispo diocesano, monseñor De Carlo, ejercía las funciones de cura párroco el padre Pedro Tibiletti.. El altar mide once metros de altura, en su nicho superior se destaca la imagen de Nuestra Señora del Rosario, en mármol blanco, de dos metros de altura, y en su centro la imagen del patrono, San Antonio de Padua. La sagrada mesa está ornamentada en su parte inferior por un bajo relieve inspirado en la Ultima Cena de Leonardo Da Vinci. Los frescos del fondo fueron realizados por el artista Miguel Benvenuto Mujica. En ese mismo año se colocaron las verjas del frente.


Ph: Pablo Corrales









martes, 25 de octubre de 2016

Salón San Martín, uno de los más elegantes de la Legislatura Porteña

Se accede a través de la Escalera de Honor. Está separado del Hall de Honor por grandes puertas plegables de madera tallada y cristal, en espejo con las del Salón de Honor. 
Sobre la puerta principal se abre un elegante balcón bandeja. 

En la pared opuesta al acceso principal se halla un hogar en mármol de Grecia color verde Tinos, con aplicaciones de hierro forjado en relieve. Engalana su parte superior un óvalo tallado en piedra caliza extraída de la cordillera andina, límite natural entre las Repúblicas de Argentina y Chile, que representa la figura del Libertador General D. José de San Martín montado a un caballo con motivo de la gesta emancipadora. La obra realizada en 1931 pertenece al escultor de origen genovés Santiago Berna y su marco se encuentra tallado en mármol de Italia Piatraccia. El arquitecto Ayerza adoptó las caracterésticas del altorrelieve que se expone en el Salón de la Guerra del Palacio de Versailles diseñado por sus colegas Hardouin Mansart y Lebrun. Remata en la parte superior, el Escudo nacional secundado por ángeles, todo en madera tallada. A ambos lados dos puertas simétricas comunicaban a una cocina.

Desde su concepción se lo de denomina Salón Libertador General Don José de San Martín, en homenaje al caudillo de la emancipación sudamericana, gestor de la independencia de tres repúblicas hermanas: Argentina, Chile y Perú. Nacido en Yapeyú (actual provincia de Corrientes) en 1778, murió en Boulogne Sur Mer Francia, el 17 de agosto de 1850. 
Originalmente estuvo destinado a Salón Comedor y en la actualidad es utilizado para las Audiencias Públicas, Recepciones oficiales y eventos culturales.

PH: Pablo Corrales










miércoles, 19 de octubre de 2016

Parque Intendente Quintana, la cita dominguera de Gualeguay


Herrmoso solar natural extendido a lo largo de 12 hectáreas a la vera del Río Gualeguay, el Parque Quintana viste una frondosa arboleda verde, en la que conviven gran variedad de especies autóctonas y exóticas. 

Magnífico para el entretenimiento de los más chicos, que pueden disfrutar allí de ingeniosos juegos en plena naturaleza; el parque cuenta además con un encantador anfiteatro en el que se realizan festivales de música popular.

Su nombre recuerda a quien fuera dos veces intendente de Gualeguay.

Gran pulmón verde de la ciudad, posee un amplio sector totalmente parquizado, mesadas y parillas a orillas del río, instalaciones sanitarias, todo para la comodidad del visitante.

Ph: Pablo Corrales









jueves, 6 de octubre de 2016

La Catedral de Mar del Plata

Actualmente la ciudad de Mar del Plata es uno de los más importantes centros turísticos de Argentina, con una población estable de 600.000 habitantes.

A fines del siglo XIX, Mar del Plata contaba con 6.000 habitantes y se transformó rápidamente en la principal villa balnearia del país, en la que veraneaban las familias más renombradas de la sociedad argentina.

En la primavera de 1892, un grupo de damas de nuestra sociedad, presentó una nota al intendente municipal, Clemente Cayrol, solicitando la autorización para dotar al pueblo de un templo con mayor capacidad que la Capilla Santa Cecilia

En diciembre de 1892, esta comisión de damas dirige una carta del Gobernador de la Provincia, doctor Julio A. Costa, poniendo en su conocimiento la intención de construir un templo “digno de la sociedad católica” que concurría a Mar del Plata.

Poco tiempo después, el 18 de enero de 1893, a las 14hs., en el terreno donado a tal efecto por Patricio Peralta Ramos, fundador de Mar del Plata, se colocó la piedra fundamental del templo, dedicado a san Pedro. Realizó la bendición el Arzobispo de Buenos Aires Monseñor Federico Aneiros. Las obras de diseño y construcción, fueron proyectadas y dirigidas gratuitamente por el Ingeniero y Arquitecto Pedro Benoit, hasta el año 1887, fecha de su fallecimiento, y continuadas por su hijo Pedro J. Benoit. La construcción estuvo a cargo de Adán Pandolfi, siendo capataz Juan Lazzari y obreros y artesanos que dejaron sus huellas e inscripciones, siendo en su gran mayoría de origen italiano.

La sede parroquial, que venía funcionando en la Capilla Santa Cecilia, fue trasladada en 1902 a la Iglesia San Pedro en construcción.

El 12 de febrero de 1905, Monseñor Terrero, bendijo la parte terminada de la Iglesia.
En el año 1913, con una donación de la señora Cecilia Peralta Ramos de Lesteche,se construye la amplia sacristía, la casa parroquial y el bautisterio, contiguo a la sacristía y con comunicación al despacho parroquial.

En el año 1920 se construye la Cripta, debajo del Altar mayor.

El 2 de enero de 1924, el Sumo Pontífice Pio XI elevó a nuestro templo parroquial, dedicado a Pedro apóstol y Cecilia virgen y mártir, a la dignidad de Basílica menor. En 1957 fue elevada al honor de Iglesia Catedral por el Sumo Pontífice Pío XII.

Ph: Pablo Corrales














viernes, 30 de septiembre de 2016

Reserva Ecológica, refugio verde en la jungla de cemento

Entre Puerto Madero y el Río de la Plata se encuentra la primer Área Natural Protegida de la Ciudad de Buenos Aires: la Reserva Ecológica Costanera Sur. A solo pocas cuadras del centro financiero de la ciudad, este espacio verde de 350 hectáreas deja atrás rascacielos y torres y da paso a lagunas y bañados, bosques de alisos y cortaderales.

Antes, entre 1918 y 1950, en la Costanera Sur funcionó el Balneario Municipal. Allí iban los habitantes de Buenos Aires a disfrutar de un día junto al Río de la Plata; se bañaban en las aguas o disfrutaban de una cerveza en La Munich, la cervecería más importante del paseo de la costanera. Pero cuando el deterioro de las aguas empeoró, los porteños fueron dejando atrás este paseo.

A partir de 1978, comenzaron a volcarse escombros en la zona de la costa rioplatense, lo que provocó un gran deterioro ambiental. El gobierno local de aquel entonces quería ganarle terreno al río para luego construir allí el Centro Administrativo de la Ciudad. Este proyecto fue abandonado en 1984, dejando una gran cantidad de escombros donde antes los bañistas disfrutaban las tardes.
Fue en ese momento en el que la naturaleza comenzó a avanzar: entre aguas contaminadas y restos de cemento y ladrillos, la vegetación silvestre supo abrirse paso hasta llegar a cubrir el relleno. Las inundaciones (frecuentes en el área) y el arribo de camalotales ayudaron a que la naturaleza conformase distintos ambientes. Éstos supieron ser aprovechados por distintas organizaciones ambientalistas que, a partir de 1985, desarrollaron allí distintas actividades con fines educativos.
Estas organizaciones tendrían un rol fundamental en la conformación de la Reserva. Fueron las fundaciones Vida Silvestre Argentina, Aves Argentinas y Amigos de la Tierra las que, en 1986, propusieron a la Municipalidad de Buenos Aires la creación de la Reserva Ecológica. El 5 de junio de ese mismo año, a través de la ordenanza 41.247/88, las autoridades declararon a esta zona Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica y, tres años más tarde, la declararon Área de Reserva Ecológica.
Pero este no fue el último reconocimiento institucional para este espacio verde. En 1994, la entonces Secretaría de Turismo de la Nación declaró “de Interés Nacional” a la Reserva y, ese mismo año, la Municipalidad de Buenos Aires la declaró “de Interés Turístico Municipal”. A los reconocimientos nacionales, se sumarían los internacionales: en el año 2005, la Convención Ramsar, dedicada a la conservación de humedales en el mundo, le daba el título de “Sitio Ramsar” y la BirdLife International, junto con Aves Argentinas, el de “Área de Importancia para la Conservación de las Aves” (AICA).
Hoy en día, desde la Reserva Ecológica Costanera Sur se trabaja para la conservación y la preservación de este espacio que es el hogar de aves, mamíferos, insectos y plantas y que es también el lugar que tienen los porteños para hacer ejercicio, disfrutar de un paseo en bici o, simplemente, unos mates frente al río.
Ph: Pablo Corrales










miércoles, 24 de agosto de 2016

La Torre Tanque, Mar del Plata desde las alturas

La Torre Tanque, ubicada en Falucho y Mendoza de Mar del Plata y declarada Monumento Histórico Arqutectónico continúa cumpliendo la imporante función que comenzó a desarrollar el 30 de enero de 1943, fecha en que fue inaugurada para satisfacer las necesidades de agua del sector alto de la ciudad, además de ofrecer magníficas vistas panorámicas de los cuatro puntos cardinales de la misma.

Para ascender se cuenta con una escalera de 194 escalones o un cómodo ascensor que combina perfectamente con el estilo arquitéctonico de la construcción, que atraviesa el tanque que tiene forma de anillo y se ubica en la parte superior antes del mirador. 

La Torre Tanque  forma parte así de la infraestructura  sanitaria de esta ciudad que es atípica en cuanto a su topografía y a la incidencia de esta en el sistema de distribución de agua corriente. 

Ph: Pablo Corrales








martes, 16 de agosto de 2016

Casino de Mar del Plata, visita obligada en el paso por "la feliz"


Se cree que la primera casa de juegos de esta ciudad (llamarla Casino sonaría exagerado) comenzó a funcionar en el año 1889, por impulso de don Fernando Iza, padre de un reconocido político de la época. El único juego de azar con que contaba era la ruleta y el lugar, sin habilitación oficial, tenía como sede una gran casilla de madera. En el mismo año, otros vecinos de la zona, Juan y José Lasalle, Inocencio Echeverría y Fermín Bañuelos, se anotaron con otro sitio similar que –en forma premonitoria– ocupó un lugar en la playa Bristol, muy cerca del actual Casino Central. Una tercera sala de juegos se instaló sobre la rambla Pellegrini, en el domicilio de Benigno Bañuelos.
El conjunto de edificios donde hoy están el Casino Central, el Hotel Provincial y otros sitios emblemáticos de Mar del Plata comenzaron a construirse en el año 1927 y recién finalizaron, en su totalidad, en 1946. De todos modos, la casa de piedra caliza donde tiene su sede el casino marplatense, sin duda el más famoso de la Argentina, fue inaugurado el 22 de diciembre de 1938. En los primeros tiempos sólo tenía acceso a sus espléndidas salas la más alta burguesía porteña y bonaerense. Los trajes y vestidos de gala eran excluyentes. Hoy, la vestimenta habilitada y las clases sociales se pueden juntar en algunas de las mesas, aunque otras siguen destinadas sólo a los que puedan contar con sumas considerables para jugar a suerte y verdad. Igual se mantienen algunas restricciones: no se puede ingresar con “prendas deterioradas o rotas, camisas musculosas, ojotas o chinelas” y tampoco con shorts o trajes de baño.
Cuentan que cuando el casino se trasladó al Bristol Hotel, cerca de 1890, algunos de sus asiduos concurrentes eran Carlos Pellegrini, por entonces vicepresidente de la Nación, y vecinos ilustres de la ciudad, como Pedro Luro o Saturnino Unzué, entre otros. Cuentan que cierta noche, de improviso, se hizo presente en el lugar el jefe de la policía local y le aplicó a Pellegrini la ley de juego.
En el mismo acto, la ruleta fue confiscada y la llevaron presa, a la comisaría. El vicepresidente de la Nación respondió con el sentido del humor que se le atribuye: “Hace bien, comisario, llévesela nomás (a la ruleta), que en la comisaría vamos a poder jugar mucho más tranquilos”. Lo que nadie puede confirmar, ni desmentir, es si Pellegrini pudo darse el gusto de seguir despuntando el vicio, rodeado de uniformados, en la sede policial.
Ph: Pablo Corrales






miércoles, 3 de agosto de 2016

Los 100 primeros posteos de "Fotos con historia"


Cumplimos 100 entradas. Momento de recordar algunas de las fotos más vistas durante este primer tramo de nuestro recorrido histórico.



La Catedral de la Ciudad de La Plata-7 de octubre de 2015


La Catedral Metropolitana, arte historia y muchos derrumbes-31 de julio de 2016


Congreso Nacional-Ciudad de Buenos Aires- 5 de octubre de 2015


Estadio Monumental-Club Atletico River Plate-11 de abril de 2016


Evita en la 9 de Julio-6 de octubre de 2015


Hotel de Inmigrantes, parte del sueño de hacer "la América"-23 de abril de 2016


Iglesia de Santa Felicitas, donde el amor y la muerte se entremezclan-23 de noviembre de 2015


Museo de Ciencias Naturales en La Plata, provincia de Buenos Aires-21 de octubre de 2015


Museo del transporte, la historia palpable de los autos en nuestro país-9 de junio de 2016


Paseo Ameghino y Ribera del río. Lugares imperdibles de conocer en la ciudad de Luján-20 de junio de 2016


Plaza General San Martín, la más antigua de Gualeguaychú-21 de enero de 2016


El puente transbordador Nicolás Avellaneda-26 de octubre de 2015



 Tren Celeris, reflejo de lo que no fue-4 de marzo de 2016


Ñandubaysal, el paraíso a tres horas del Obelisco-26 de enero de 2016