lunes, 19 de febrero de 2018

Cerro Catedral, alto en el cielo


Su nombre se debe a fray Menéndez, quien viajó por la zona desde Chile en 1791. Gracias al concurso de Fonck, esa denominación no se modificó y llegó a nuestros días, al invocar las elevaciones de una gran iglesia gótica.

Antes que al impactante azul del Nahuel Huapi, el viajero que se aproxima a Bariloche desde el noreste alcanza a divisar si su mirada es atenta, las agujas pétreas que dan su nombre al cerro Catedral. Su designación reconoce muy larga data, ya que parece tener origen a fines del siglo XVIII, cuando todavía la Argentina no existía y casi nadie en Buenos Aires soñaba con aventurarse hasta aquí.
El cerro alcanza 2388 metros sobre el nivel del mar y se ubica al oeste del lago Gutiérrez. Según afirmaba Juan Martín Biedma en su “Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi”, fue el sacerdote Menéndez quien en su primer viaje por la zona (febrero de 1791), “divisó un cerro a la izquierda de un abra que Fonck identifica con el brazo oriental del lago Mascardi”. El religioso escribió “cerro con mogotones que parecen torres de Catedral”. La palabra en cuestión cayó en desuso y hoy no figura en los diccionarios, salvo para señalar a un cerro que está en la frontera de Nicaragua.
De todas maneras, advertía Biedma que “es muy difícil precisar si el Catedral de Menéndez coincide con el actual Catedral. Por lo pronto Fonck lo hace coincidir con un cerro que él bautizó Pilato y que no era otro más que el actual cerro López. Sin embargo en su mapa, Fonck ubica dentro del grupo del Monte Pilato, un Pico Catedral que podría coincidir con el actual cerro homónimo”.
Igualmente, “sea el actual continuación del monte bautizado por Menéndez o no, este topónimo es de antigua data y uno de los que mejor cuadran al accidente designado. Las innumerables agujas y torres que coronan su filo, evocan con propiedad el techo de una catedral gótica. En 1896 el Sr. C. Schiorbek de la comisión de límites, trepó el pico Oeste del cerro”, puntualizaba el investigador.
La descripción que legó se entronca con la historia del andinismo en estas latitudes. “La torre principal de este cerro, imponente mole pétrea de paredes lisas y verticales, que remata en dos torres monolíticas ofrecía tales dificultades para su escalamiento que recibió el apodo de Invencible. Cuatro tentativas hicieron Otto Meiling y F. Wechler para dominarla, la última el 16 y 17 de marzo de 1942 cuando llegaron a 6 metros de la cumbre. Para vencer el último tramo se necesitaría algún artificio ya que los ganchos rebotaban contra el granito”. Cabe recordar que la primera edición de la obra que comentamos, se publicó en 1967 a través de la Dirección de Parques Nacionales
Ph: Pablo Corrales

















































No hay comentarios:

Publicar un comentario