La cuadra del boliche
fue un lugar sagrado desde el momento en que tantas
personas dieron allí su último soplo de vida, permitiendo que la noche del 30
de diciembre de 2004 se convierta en eterna y la oscuridad invada sus ojos
vacíos.
No volvieron a circular ni autos ni colectivos por el
lugar donde hace más de 10 años fueron apilados cuerpos sin vida, donde
familiares y amigos reconocían cadáveres, donde paramédicos y bomberos corrían
entre muertos y vivos en medio de un caos total, donde las víctimas que eran
rescatadas con vida se incorporaban para dar una mano a los que aún estaban
adentro, muchas veces pagando el precio de la osadía con la vida misma. No
olvidemos que había más de 3000 personas ahí adentro cuando todo empezó a
arder.
Sin embargo, el santuario fue inaugurado como tal en
diciembre del 2014, a diez años de la tragedia. El día en que se cumplía la
década se vivió una jornada de homenajes y se celebró la creación de esa
peatonal santa. La calle está habilitada de forma paralela para la circulación
de taxis y colectivos exclusivamente desde el año 2012.
En esa pequeña
peatonal, sobre la calle Bartolomé Mitre,
entre Jean Jaures y Ecuador, hay una paz sagrada. Da la bienvenida
una bandera de un gris descolorido, que flamea junto a innumerables zapatillas
cuyos cordones están atados de un cable que atraviesa el santuario. Atrás, dos
cruces cristianas, una estrella judía y una luna y estrella islámicas. Algunos
bancos terminan de dar forma a este templo plurireligioso a cielo abierto. En
el suelo, un gran “JUSTICIA”.
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