Chapadmalal es el nombre con que se designó a la estancia
propiedad de la familia Martínez de Hoz, que abarcaba un vasto sector que se
extendía desde la Av. Jorge Newbery, hasta el Arroyo Las Brusquitas (hoy límite
natural de los Partidos. de Gral. Pueyrredón con el de Gral. Alvarado), y desde
el Océano Atlántico hasta la antigua estación de trenes de Chapadmalal.
Cuando a fines de los años 30 se decide lotear
sectores de dicha estancia, surgen urbanizaciones, residencias marítimas y
balnearios, que hoy entre otros conocemos a: Estación Chapadmalal, La Arboleda,
Barranca de los Lobos, Playa Chapadmalal, Santa Isabel, Higthland Park, San
Eduardo, El Marquesado y San Eduardo del Mar.
El 28 de junio de 1837, el Gobierno otorga escritura de venta
a la testamentaria de Pedro Trapani de 12 leguas cuadradas entre la Laguna de
los Padres, la costa del mar, el Arroyo Las Brusquitas y el campo de Ladislao
Martínez. Es éste el primer plano con los tres límites, que se mantienen del
territorio de Chapadmalal.
Pedro Trapani es de los primeros pobladores blancos de esta
zona (1816), como lo certifica la denuncia que realiza el 1º de diciembre de
1827 en el Departamento Topográfico.
La posesión real de estas tierras era, por derecho
propio, del Cacique Negro II ó Llampilco, puelche según D’Orbigny y tehuelche
para Rosas, quien había reclamado para sí una amplia zona que abarcaba desde el
Rincón del Tuyú hasta pasando las Sierras del Volcán, entre 1791 y 1806, cuando
mantenía buenas relaciones con la autoridad colonial de Buenos Aires.
El 21 de mayo de 1819, el cacique vende las
tierras en Bahía Blanca a Lorenzo López, sin la documentación que acreditara su
titularidad, por trueque de provisiones y dinero, en una venta certificada en
un papel de cartas, escrito a lápiz.
En 1827 la Sociedad Rural, quien ya poseía una
estancia en el lugar —con puesto y pulpería— sobre los arroyos Lobería y Las
Brusquitas, le compra a Lorenzo López las 12 leguas de tierra en el Rincón de
Lobos, lo que determina numerosos incidentes con Pedro Trapani y sus sucesores,
consecuencias de los cuales el Departamento Topográfico no reconoce la
transacción de Lorenzo López con la Sociedad Rural
El 9 de enero de 1839, ante el Escribano Marcos
Leonardo Agrelo, los albaceas de la Sucesión de Pedro Trapani (fallecido este
le sucede como heredero su madre: Doña Jacinta Castellanos), José Juan
Larramendi y Manuel José García venden a Augusto Favier (Pte. de la Sociedad
Rural), en $ 212.000, las 12 leguas más hacienda vacuna, yeguas, caballos,
potros y redomones. 27 de febrero de 1868, resuelta el área de tierras, mensura
del Agrimensor Germán Kuhr: 237.067 ha, se venden las fracciones no vendidas
antes, por los martilleros Balbín y Plowes, en Buenos Aires.
Con el dominio de la tierra perfeccionado, con
límites precisos, las 237.067 ha se dividen en 107 campos de variadas áreas.
Los campos 96 al 107 conformarían Chapadmalal, un área de 24.617 ha, plano de
mensura y subdivisión de la Estancia Chapadmalal, de 15 de marzo de 1887,
agrimensor Federico Gómez Molina.
Este emprendimiento estatal, era dependiente de la
Fundación Eva Perón, formó parte de la política justicialista de Turismo Social
(1945/1955). La política social y económica de Juan Perón, se caracterizaría
por nacionalizar las empresas extranjeras (privatiza la Unión Telefónica, las
Compañías de luz y de Gas, y en 1948 los FF.CC. ingleses). En Mar del Plata se
expropian las tierras de Zubiaurre y se crea el paseo de Laguna de los Padres y
el fraccionamiento de Sierra de los Padres, la antigua zona de las reducciones
jesuíticas del siglo XVIII.
Más tarde se inicia el turismo social. Se
construye la Colonia de Chapadmalal y se expropia la lujosa confitería
Normandie en Playa Grande, que luego sería la sede del INIDEP y que finalmente
quedaría abandonada. También se expropian los chalets y hoteles del paseo Jesús
de Galíndez y los gremios adquieren los principales establecimientos hoteleros
de la ciudad. Mar del Plata se adapta a los cambios y crece vertiginosamente.
El estado de abandono de los viejos hoteles levantados
durante la presidencia de Juan Domingo Perón, en 1947, llevó a las autoridades
de la Secretaría de Turismo de la Nación a diseñar un rápido plan de obras de
recuperación en 5 de las 8 unidades hoteleras de Chapadmalal (y 3 de Embalse
Río Tercero. El lugar estaba dejado y abandonado, y su mantenimiento
significaba un gasto enorme y desproporcionado para la Nación: podría haber
ahorrado 64 millones de pesos entre 1991 a 2000. La contratación se adjudicó en
$ 15 / día / pax.
Se hicieron arreglos en: infraestructura, accesos
para discapacitados, servicios sanitarios y gastronómicos, y espacios para
recreación. Con la plata ahorrada se invertirán 1.200.000 pesos anuales para la
recuperación total: se arreglará el resto de los hoteles, el polideportivo, el
lago, se parquizará y se señalizará toda la zona. Chapadmalal debe recuperar el
prestigio perdido en la década de 1990. Estima la Secretaría de Turismo, que
cada seis días ingresarán a los hoteles 6.000 personas.
La idea es convertir al lugar en centros de
hospitalidad, deporte y ciencias. Así, cada unidad contará con un equipo de
nutricionistas y se harán análisis y control bromatológico de alimentos, se
renovará y ampliará la prestación de servicios médicos y odontológicos. Además
actividades culturales y deportivas, se harán viajes de estudio para chicos y
jóvenes de distintos niveles escolares.
Chapadmalal, junto a Mar del Plata, fue elegida
como sede para las finales de los Juegos Nacionales Evita 2007
Ph: Pablo Corrales